¿Por qué algunas personas parecen dotadas de un don especial
que les permite vivir bien, aunque no sean las que más se destacan por su
inteligencia? ¿Por qué no siempre el alumno más inteligente termina siendo el
más exitoso? ¿Por qué unos son más capaces que otros para enfrentar
contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades bajo una óptica
distinta?
Ya lo abordó Daniel Goleman en su famosa obra "Emotional
Intelligence", la inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de
nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las
presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra
capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que
nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
Lo que nos lleva a uno de los grandes problemas de la
sociedad, como seres humanos que somos, los sentimientos, juegan un parte
fundamental en nuestra existencia , más que cualquier otro ser vivo, nos
permite abrir nuevas puertas, pero también, si no sabemos controlarlos, o
mejor dicho, conocerlos y entenderlos , nos vuelve sus esclavos.
En el sistema educativo, la misión, es llenar la cabeza de
los más jóvenes de conocimientos, datos, pero sin ir más allá, dejando
totalmente de lado valores, tan importantes para la vida, que en la mayoría de
los casos esa deficiencia, marca el "Destino" de las personas.
El aprendizaje social y emocional debería de ser el
principal pilar de la educación, si un individuo es incapaz de conocerse,
de saber de lo que es capaz, de centrarse en un objetivo, por muchos datos, conocimientos que tenga, no le servirán de nada. Es como darle a esa persona un
martillo, y no decirle para que se utiliza, el resultado es cero.
Ahí entra en una posición
clave , la familia , que en general, es la encargada de transmitir toda esta
información, pero el problema en estos tiempos (con las siempre presentes
excepciones), la globalización del todo, la excesiva y brutal, cantidad de
información que se nos transmite minuto a minuto, imágenes, música, todo
enfocado en lo comercial, Nos vemos influidos por la televisión, incluso inconscientemente,
buscamos parecernos a esos actores de películas, e incluso, se llega a buscar
tener los mismo problemas , que salen en las series o novelas de moda. Todo
esto nos lleva a una pérdida de identidad, de falta de valores, nos vuelve
meros números, consumidores de lo absurdo, siendo copias sin valor, incluso en
lugares muy diferentes del mundo, con una historia y cultura diferentes, el
patrón de comportamiento es exactamente igual.
Esto pérdida de identidad, llega de la incapacidad de
auto control, y es ahí donde la Inteligencia emocional, desempeña su papel,
conocerse a uno mismo, sus limitaciones y aptitudes, para ello hace falta concentración,
no dejar la mente evadirse, con cualquier cosas que pase, si uno se deja llevar
por todas la emociones, que le bombardean en el día a día, la consecución de
sus objetivos, será imposible.
El coeficiente intelectual contribuye con apenas un
20% de nuestro éxito en la vida, el 80% restante es el resultado de la
inteligencia emocional, que incluye factores y valores como la habilidad de
auto motivación, la persistencia, el control de los impulsos, la regulación del
humor, la empatía, etc.
Los estudios en niños demuestran un declive en las
condiciones emocionales a lo largo de la industrialización del mundo. Esta
tendencia refleja ansiedad y depresión, desórdenes de atención y conductas
delictivas. Es el fallo del sistema educativo, y del abandono de la familia
como medio instructor de esos valores. Sería necesaria una completa
remodelación de la educación para así formar Buenos padres que críen buenos
hijos, que utilicen todas sus cualidades y herramientas, para alcanzar sus objetivos,
y así automáticamente esto conllevará una mejora social sin precedente. El
hombre con el martillo, sabrá que con él puede construir una bonita casa.
Las Artes, todas ellas, demuestran ser muy útiles, es la
vida en miniatura, la persecución de un objetivo, ya sea pintar un cuadro,
componer una canción, escribir un libro. Nos centramos en ello, trabajamos con
todo nuestro ímpetu y disciplina, usando conocimiento de la materia, para
finalizar la obra.
No dejándonos llevar por lo simple, no conformándose,
sabiendo usar los conocimientos, valores, y las emociones, y como nos influyen
e interactúan entre sí, se pueden alcanzar todas las metas. Debemos aprender a
gestionar las emociones, sin reprimirlas, pero sin dejar que nos tomen de
rehenes.
-Alejandro Nievas García